POEMA



OTOÑO AMARGO

Rosaleda que creas tu sombra
Bajo un ser cubierto de espinas,
El alma que se protege con la aureola,
Suplicando a gritos la calma que no respira.

Así se siente mi piel cuando no te toca
Sufriendo entre el silencio del llanto,
Suspirando por los recuerdos de mi boca
Oprimiendo mi pena que añora tu abrazo.

¡Dios! Ya no te noto dentro de mí,
Cuanta soledad por mis latidos expulso.
Pero si cierro los ojos aún puedo conseguir
Que mi corazón no se separe del tuyo.

Las hojas que nos vieron andar se van cayendo,
Dejando como en una pintura los sentimientos impregnados,
El sol se desvanece perdiendo nuestros besos,
El viento, con él se lleva, los momentos más cálidos.

Pero… ¿qué veo tras mi ventana?
Tu silueta trayendo de nuevo esa esencia,
¡No te has ido! tu vida la mía aguardaba
Como la joya que espera la auténtica perla.

“Historias de amor sobre un suelo dorado,
De ramas que se marchitan ante el otoño amargo.
Camino que oculta las pisadas de felicidad
Huellas que allí quedaron, con el alba de la sinceridad.”
Yolanda Iscar

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